Una de las mayores preocupaciones actuales es cómo mantenerse invisible en línea con una red privada virtual (VPN). Actualmente, es muy común sentirse que está siendo vigilado u observado mientras se navega por la Internet. Sin necesidad de asustarse, esta intuición es correcta. Nuestro proveedor de servicios de Internet (ISP) se encuentra rastreando cada clic.
De esta manera, compila nuestros registros de navegación anónimos. Los mismos son muy requeridos por las empresas de publicidad. Pero también son utilizados por las agencias de control estatales con referencias a la censura o vigilancia que se realiza. Ante esto, conectarse a una red Wifi pública gratuita es una invitación para que los piratas informáticos hagan de las suyas.
¿Qué es una VPN?
Cuando hablamos de una VPN, estamos haciendo alusión a un servicio que crea una conexión cifrada. La misma se lleva a cabo entre un dispositivo y un servidor remoto privado. Por su intermedio se oculta y protege el tráfico para navegar por la web protegido. Entonces, usar un servicio VPN es como andar por la calle en un coche blindado.
Emplear el modo incógnito o privado en nuestro navegador, es efectivo hasta cierto punto. Se puede borrar el historial, las diferentes búsquedas, cookies o los inicios de sesión de cuentas. Sin embargo, el verdadero anonimato en Internet es posible con la obtención de una red privada virtual o VPN.
Este último punto es el más importante al momento de pensar en utilizar una VPN. Esta red privada lleva adelante el proceso de enrutar el tráfico y, de esta manera, enmascarar nuestra dirección de protocolo de Internet (IP). Con el uso de una VPN se puede acceder a sitios web o servicios que puedan estar bloqueados por diferentes restricciones geográficas o de cortafuegos.