Aunque el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, viene promocionando los automóviles eléctricos, no parece ser posible abandonar el combustible fósil. El mandatario norteamericano se hizo presente en el salón del automóvil de Detroit, donde posó en el stand de los vehículos eléctricos. Sin embargo, el camino hacia la electrificación no parece ser nada sencillo. El gigante del norte es uno de los máximos productores de petróleo mundiales y, en muchas ocasiones, regulador del precio del barril de crudo con sus decisiones.
Biden ha venido trabajando, en el impulso de una transición hacia los vehículos eléctricos en el país. Su presencia en Detroit fue para reafirmar el compromiso que su gobierno tiene sobre el apoyo a los autos eléctricos. El objetivo planteado es que “el gran viaje por carretera estadounidense sea completamente electrificado, ya sea que conduzca a lo largo de la costa o en la I-75 aquí en Michigan”, planteó el mandatario en la víspera de este evento que vuelve luego de la pandemia.
Estados Unidos y un cambio de matriz
Este año, luego de que el Show se viera suspendido desde 2019, los ojos estarán puestos en la evolución de los vehículos eléctricos. Muchos prototipos y nobles promesas se harán presente en Detroit, como parte de la ambición en un cambio de matriz que no será sencilla para los Estados Unidos. Se espera la presencia de muchos analistas, funcionarios, autoridades y fabricantes de automóviles en un evento que tendrá la atención del mundo entero. Mientras que, en este sentido, algunos han venido elogiando el accionar de la administración Biden, otros apuntan a que no se han cumplido muchas promesas y se quedó a mitad de camino.
El presidente norteamericano condujo un SUV Cadillac Lyriq eléctrico y al descender del mismo expresó que “es un auto hermoso, pero me encanta el Corvette”. Los coches a fuerza de combustible fósil, como la nafta o el gasoil, siguen siendo los preferidos por los conductores. Michelle Krebs, analista ejecutiva de Cox Automotive, dejó en claro que “los vehículos eléctricos reciben más atención que las cantidades que se venden”.
Una transición compleja
Aunque la cuota del mercado estadounidense en materia de coches eléctricos, ha tenido un considerable aumento en los primeros ocho meses del año, el espectro de los coches a base de petróleo sigue al frente. Biden firmó un proyecto de ley de infraestructura, en materia de estaciones de carga de vehículos eléctricos, que alcanzó los 7.500 millones de dólares.
A lo anterior se sumó la Ley de Chips, que le otorga una serie de beneficios a los fabricantes de semiconductores y de piezas claves para los coches en base eléctrica. Finalmente, el último anuncio planteado es de una inversión de 900 millones de dólares en cargadores, en el marco de una primera ronda de financiación para contar con una red primaria en las carreteras nacionales de 35 estados.
Todos estos anuncios contrastan con un país que viene siendo, en el 2021, el principal productor de petróleo a nivel mundial. Esto permite plantearse hasta dónde se podrá trabajar en un modelo matriz diferente. A esto se suma, como será la transición, dado que va a requerir un aumento significativo de ventas de unidades eléctricas y, luego, de una amplia red de terminales de carga, como existe actualmente con las estaciones de servicio.