Algunos medios de comunicación han apodado a Franky Zapata, el inventor de la tabla voladora, como “el hombre volador”, pues sobre su Flyboard Air, logró cruzar el Canal de la Mancha, unos 35 kilómetros que dividen a Francia e Inglaterra. Este fue su segundo intento, para ponerte en contexto, el francés se hizo popular durante el día de la conmemoración de la Bastilla tras sobrevolar el centro de París por unos minutos, aunque su intento no fue del todo exitoso, debido a que tuvo algunos problemas técnicos referentes a la cantidad de combustible que le impidieron continuar.
Por lo anterior, debes saber que Zapata salió en su Flyboard desde la región de Sangatte en Pas de Calais, al norte de Francia a las 6:17 am (hora local) del domingo, a una velocidad de 177 km por hora, y a una altura de más de 15 metros sobre el agua. Además, viajó escoltado por tres helicópteros y arribó a St Margaret´s Bay Inglaterra 22 minutos después.
Un hombre sobre una tabla voladora no es ciencia ficción, esto es una realidad
Para cruzar el Canal de la Mancha, el dispositivo superó su primer inconveniente, el combustible, por lo cual pudo sostenerlo en el aire durante 10 minutos, así que en la mitad del viaje tuvo que parar para recargar. La solución para poder superar el inconveniente fue adaptarle un bote de combustible más grande.
Según Zapata, los vientos fueron su mayor desafío. Pues si las corrientes de aire bajaban drásticamente, la tabla voladora podría desestabilizarse. Pero, además, comentó que es indispensable que para “montar” la Flyboard, el sujeto tenga una gran resistencia física.
También, añadió:
“El cuerpo resiste el viento, y debido a que la tabla está unida a mis pies, todo el cuerpo tiene que resistir al viento. Traté de disfrutarlo y no pensar en el dolor”.
“El hombre volador”, inventó el primer dispositivo de propulsión por chorro de agua en 2011. Este empujaba al piloto debido a la presión del aire que escapa por la máquina. Poco después, llegó la Flyboard Air, la cual se impulsa gracias a cinco motores turborreactores de aire y que permite un vuelo más estable.
Pero eso no es todo, durante este tiempo han existido intereses de algunos sectores de defensa respecto a la tabla voladora. Por ejemplo, el contratista de defensa Implant Sciences, quiso adquirir la compañía de Zapata, sin embargo, el acuerdo no se concretó. Esto pudo haber sido porque la agencia de defensa de Francia ya le otorgó a Zapata una subvención de 1,3 millones de euros en 2018 para avanzar en el desarrollo del vehículo.