El spyware Pegasus se habría utilizado para “espiar” a diferentes reporteros del mundo. Uno de ellos es el salvadoreño Nelson Rauda Zablah, que dejó planteado su caso en el portal The Guardian. Este programa, una vez que infecta tu smartphone, permite a los espías obtener un clon de tus dispositivos. El periodista de El Salvador, que fue advertido de esta situación en agosto de 2020, y viene trabajando en una demanda a los creadores del spyware.
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Muchos piensan en escenas de películas al hablar de estos temas de espionaje. Sin embargo, los periodistas centroamericanos cada vez más deben ingeniárselas para evitar el control mediante la tecnología, y esto se evita con más tecnología. Rauda Zablah relata en su artículo que suele emplear aplicaciones de correo electrónico y mensajería encriptada. Muchas veces, relata Nelson, busca deshacerse del teléfono ante una reunión. A esto se suma, hablar en código y nunca dejar conocimiento de la ubicación en vivo. Estamos ante las rutinas de la vida de un periodista.
Pegasus y la vigilancia extrema
Casi una veintena de periodistas de la zona centroamericana estaban siendo investigados por una historia en la que trabajaban. El software de espionaje de grado armamentístico, denominado Pegasus, pertenece a la firma de spyware NSO Group, que tiene sede en Israel. Un análisis forense determinó que, entre junio de 2020 y noviembre de 2021, hubo ataques de este programa de espionaje. El trabajo de Citizen Lab ha planteado que, unos 35 periodistas y miembros de la sociedad civil han sufrido el espionaje por esta herramienta.
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La infección de Pegasus posibilita, a los espías, ver todo lo que sucede en tu teléfono. Hablamos de imágenes, textos personales, compras y el uso de las aplicaciones. Esta situación, comentaron algunos trabajadores de prensa, llevó a tomar medidas urgentes. Dentro de estas se incluyó salir del chat familiar y eliminar aquellas aplicaciones, como las bancarias, sensibles al interés de los espías.
La prensa viviendo en el infierno
El seguimiento a estos periodistas tienen, además, cierta vinculación con un trabajo sobre la nueva Ley Bitcoin de El Salvador. Allí, se contaba con información vinculada a hermanos del presidente Nayib Bukele y su negociación con empresarios extranjeros. Muchos trabajadores del rubro prensa han tenido investigaciones personales que han terminado frustradas por la falta de pruebas.
El periodismo se ha vuelto cada vez más difícil en la región con estos últimos ataques. El seguimiento también estaba planteado sobre las fuentes, las cuales tuvieron represalias sobre los familiares. Pegasus, han explicado varios periodistas, te deja una sensación de impotencia, pero también ha llevado a una negativa a ser impotentes.
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La mayor preocupación está centrada en que los gobiernos aún no tienen acceso a la tecnología de vigilancia del proyecto Pegasus. Esto ha llevado a pensar hasta dónde está llegando el espionaje ilegal en la región. Es por ello que se viene pensando en llevar adelante una demanda a NSO Group, por irregularidades que se han venido viviendo en estos dos últimos años. En abril de este año, el medio israelí Haaretz presentó una lista con más de 450 nombres que han sufrido el pirateo por esta herramienta de vigilancia.