Los dispositivos implantados permiten una interfaz cerebro-computadora para manejar cualquier tipo de prótesis. Un hombre de 26 años ha roto un nuevo récord tras haber vivido siete años y tres meses con un implante, al mejor estilo cyborg. Todavía no hay una certeza del tiempo que estarán funcionando ni cada cuánto será necesaria una actualización.

Una interfaz para vivir mejor
A 10 años de su accidente, Copeland se unió a un estudio de la Universidad de Pittsburgh. El mismo estaba orientado para personas con lesiones graves en la médula espinal. El objetivo es contar con interfaces, entre el cerebro y una computadora, para restaurar aquellas funcionalidades que se pueden haber perdido. El joven nunca dudó en ponerse a disposición del trabajo universitario. En un principio le dijeron que duraría 5 años, dado que los únicos datos que tenían eran con base en estudios sobre monos.
El implante pasó los 7 años de uso y sigue funcionando sin efectos secundarios ni complicaciones importantes. Esto es un gran avance, y muy prometedor, en este campo que viene desarrollándose desde la década de 1960. Sin embargo, aún continúan algunas dudas sobre la durabilidad en el largo plazo de las matrices implantadas.
