Aunque nada parece ser revolucionario en el mundo de las bicicletas eléctricas, el motor Skarpe convierte una “bici” común en una a motor en simples pasos. Simplemente golpeando el sillín, que trae el nuevo motor “clip-and-go”, la rueda trasera es impulsada eléctricamente y con frenos de disco. La primera patente en Estados Unidos fue para Ogden Bolton Jt., allá por 1895.
Esa primera bicicleta a batería contaba con un motor central que estaba montado dentro de la rueda trasera. En tanto, la batería se encontraba unida a la barra transversal del vehículo. Luego, en Boston, dos años más tarde, llegó el invento de Hosea W. Libbey. En este caso, la bicicleta eléctrica era impulsada por un motor que se encontraba en el eje del juego de bielas. Pese a toda la evolución que han venido teniendo las baterías y los motores, los métodos básicos de propulsión se mantienen casi sin cambios.
El motor Skarpe en un negocio que crece
Durante el año 2020, las ventas de bicicletas eléctricas alcanzaron los 41 mil millones de dólares. Se espera que para el 2030 se pueda facturar un total de 120 mil millones de dólares. Sin embargo, la patente de Odgen parece un primo lejano de estos últimos modelos de alto rendimiento. Aunque, las máquinas modernas se mantienen con esos mismos principios básicos en materia de diseño.
La novedad está en un local en Camden, al norte de Londres. Allí, Alastair Darwood inventó un motor con un clip que está equipado con una batería que permite a cualquier bicicleta, con frenos de disco, convertirse en su par eléctrico. Esta propuesta, innovadora en muchos aspectos, llamó la atención de Chris Hoy, seis veces campeón olímpico y 11 veces campeón del mundo de ciclismo. Hoy decidió invertir en el proyecto y se ha involucrado mucho en el proyecto eléctrico.
Un funcionamiento pleno
El Skarpe necesita que se haga un reemplazo del rotor de freno de disco trasero de nuestra bicicleta con su DiskDrive. Luego se puede apreciar un buen funcionamiento con el rotor de freno de disco tradicional. En sus tres kilogramos, la unidad cuenta con la batería y el motor de 250 vatios que se sujeta al cuadro del vehículo. Este rotor DiskDrive se ha adherido a la unidad con un clip, que permite engancharse con el engranaje interior.
En cuanto al funcionamiento, el engranaje interno del motor hace girar el rotor de freno especial, que hace girar la rueda trasera. Este pequeño sensor, sujetado a la biela de la bicicleta, permite medir la velocidad y la cadencia ante cada pedaleo. El Skarper permite alcanzar los 60 kilómetros de autonomía, según las velocidades máximas que tiene permitida en forma legal.
Estamos hablando de unos 25 km/h o su equivalente a 18 mph, como en Estados Unidos. Una vez que se llegó a destino, la unidad se suelta del cuadro con facilidad y se guarda en la bolsa que la acompaña. La carga completa de la batería se da en tan solo 2,5 horas.
Cabe mencionar que la historia de Skarper comenzó producto del confinamiento por Covid-19. Allí Darwood comenzó a trabajar en una bicicleta eléctrica, hasta que llegó a este producto que permite combinar una “bici” convencional en un vehículo eléctrico.