Universidades: ¿los textos que genera ChatGPT son plagio?

ChatGPT y el plagio

Las universidades comienzan a pensar cambios en materia de plagio cuando los estudiantes usen herramientas como ChatGPT en la redacción de sus tesis. Estudiantes y profesores todavía no se ponen de acuerdo si el “chatbot” de Inteligencia Artificial (IA) es una herramienta de investigación o un motor de trampa. Allí se abrió una gran disputa donde los ensayos cada vez tienen más participación de este tipo de herramientas virtuales.

“La IA podría ser más tonta que los humanos”, espetó un estudiante de la Universidad de Rutgers. Kai Cobbs puso a prueba esta herramienta con un ensayo sobre la historia del capitalismo. La sorpresa fue la realización de un artículo genérico y mal escrito, que nadie se atrevería a reclamar como propio, expresó el estudiante. El estudiante, que dialogó con el sitio Wired, remarcó que “la calidad de escritura fue horrible. La redacción era incómoda y carecía de complejidad”.

En el mes de noviembre se lanzó el chatbot de OpenAI. Desde entonces los educadores se han encontrado con una nueva lucha, al no saber cómo manejar la oleada de trabajos estudiantiles producidos por la IA. Muchos centros educativos, como las escuelas públicas de Nueva York, han prohibido el uso del ChatGPT. La intención es frenar las trampas, aunque las universidades se han mostrado reacias a seguir este lineamiento.

La mirada universitaria sobre ChatGPT

El arribo de esta herramienta de IA al plano educativo ha generado la necesidad de todo un replanteo. El mundo digital, en el plano de la investigación, es una alternativa que está siempre como una variante a tener en cuenta por los profesores y los alumnos. Pero este chatbot no es el puntapié inicial de las preocupaciones. Ya en 2001, con el surgimiento de Wikipedia, las universidades tuvieron que descifrar el denominado “trabajo académico honesto”.

Allí fueron comenzando a trazarse los primeros límites de las políticas para “equiparar” el ritmo de la innovación tecnológica. Pero ahora el juego se ha complicado aún más. Además de un plagio, ahora los centros educativos deben “descubrir” si un trabajo es propio o producto de un bot.

El plagio y la nueva realidad

La definición de plagio habla del acto de usar el trabajo o las ideas de otra persona sin dar el debido crédito al autor original. Claro está, el inconveniente aparece al momento de considerar cuando un trabajo ha sido generado por algo, en lugar de alguien. El que los estudiantes usen la IA generativa conduce a un punto crítico de discordia.

“Si [el plagio] es robarle a una persona entonces no sé si tenemos una persona a la que le están robando”.

Emily Hipchen, miembro del Comité del Código Académico de la Universidad de Brown

Otras integrantes de centros estudiantiles académicos vienen lidiando con la calificación del trabajo de un algoritmo, particularmente si este fue texto generado. Las universidades deben comenzar a trabajar en este cambio fundamental y reconsiderar la tecnología y la integridad académica.

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