Varios investigadores que provienen de las instituciones Wyss Institute y Tufts University han estado desarrollando los primeros bio-robots. Estos son un tipo de robots vivientes que se han construido a partir de la recolección de diversas células humanas. Esto se está investigando con el propósito de poder contribuir en el campo de la salud al curar heridas con mayor rapidez o reparar tejidos dañados.
El primer medio de comunicación en televisión en publicar información sobre esta investigación fue el canal CNN después de que saliera un reportaje sobre el tema en la revista Advanced Science. Estas nuevas pruebas surgieron como un estudio posterior al de los xenobots de células madre de embriones de rana africana.
¿Cómo se hicieron los bio-robots?
Los investigadores utilizaron células de donantes anónimos, en concreto de la zona de sus tráqueas para la creación de los bio-robots o anthrobots. Ellos optaron por recolectar células vivas de esa parte del cuerpo porque es muy fácil acceder a ella y por sus características motrices naturales. Las células de la tráquea están constituidas por cilios, que son capaces de propulsar todo tipo de partículas, formando organoides. Estas últimas se utilizan mucho para fines de investigación.
Gizem Gumuskaya, estudiante de Doctorado e investigadora, realizó sus propios experimentos para lograr que los cilios de esas células se orientaran hacia el exterior, aportándoles más movilidad. Estas pruebas estaban dirigidas a crear ayudas y mejoras en el campo médico.
En las pruebas de observación del labotario los bio-robots o los anthrobots lograron sobrevivir sesenta días. Obtuvieron un resultado positivo a la hora de regenerar neuronas humanas dañadas en los cultivos realizados. Un acercamiento más a la utilización de bio-robots en la reparación de tejidos humanos favoreciendo la calidad de vida de las personas en el futuro.
¿Qué pasará próximamente con los anthrobots?
Según la investigadora Gizem Gumuskaya y el profesor Michael Levin todavía será necesario comprender cómo reaccionarán al proceso completo. Sin embargo, son optimistas en cuanto a lo que pasará, obteniendo un pronóstico muy positivo, debido a las buenas reacciones que ya han obtenido de las células. Falk Tauber de la institución Freiburg Center for Interactive Materials and Bioinspired Tecnologies ubicada en Alemania también es bastante receptivo y mantiene una actitud positiva admirando los resultados de las investigaciones, confirmando que ve un horizonte bastante prometedor.
El profesor Michael Levin aseguró que los bio-robots no representarán un peligro para la sociedad puesto que no crearán preocupaciones de bioseguridad o éticas. La supervivencia de los anthrobots o bio-robots fuera de los laboratorios es imposible. Estos se descomponen de manera natural tras terminar con su ciclo de vida, que es bastante limitado.
Los anthrobots han podido evolucionar gracias a la anterior investigación en los xenobots. Estos son unos organismos sintéticos que se han diseñado a partir de células vivas procedentes de las células de la piel y del corazón de Xenopus Laevis (ranas africanas).
Para elaborarlos se utilizaron técnicas de diseño computarizado y biología sintética. En resumen, se les podría clasificar como unos organismos vivos programables que existen para cumplir una función determinada, terminando su ciclo vital cuando finalizan esa tarea.