El telescopio James Webb ha efectuado un importante descubrimiento que podría determinar si hay vida en otros planetas. El potente artefacto ha encontrado lo que podrían ser señales de vida en un exoplaneta, ubicado a 120 años luz de distancia.
El descubrimiento en cuestión son indicios de una sustancia llamada sulfuro de dimetilo. La relevancia de dicho descubrimiento se debe a que en la Tierra dicha sustancia es producida únicamente por fitoplancton, organismos que son microscópicos y están presentes en mares y en aguas dulces. Sin embargo, no se sabe todavía si en este exoplaneta esta sustancia es producida por algún proceso químico natural que todavía se desconoce o se trata de una biofirma, es decir, una sustancia que se considera evidencia de la existencia de vida.
Además de esta sustancia, el telescopio también descubrió moléculas que contienen carbono, lo que indica que el exoplaneta cuenta con una atmósfera rica en hidrógeno.
¿Cuál es la importancia de este descubrimiento del telescopio James Webb?
El hecho que el telescopio espacial James Webb haya detectado estas sustancias podría ser un indicador de viabilidad de vida en el exoplaneta o incluso un indicio de actividad biológica. El sulfuro de dimetilo es un compuesto químico que en la Tierra solamente se produce por un ser vivo. De acuerdo al astrónomo Nikku Madhusudhan, autor de la investigación, en la Tierra las moléculas de sulfuro de dimetilo son exclusivas de la vida y no hay ningún proceso geológico o natural que produzca esta sustancia. Es por eso que se considera que en un planeta con condiciones similares a la Tierra, la existencia de esta sustancia podría ser evidencia de la existencia de vida.
Este exoplaneta tiene un tamaño 8.36 veces más grande que la Tierra y cuenta con indicios que muestran que podría tener agua. Se ubica en la constelación de Leo y se denomina como K218b. Este tipo de exoplanetas son conocidos como hiceános, combinando así las palabras hidrógeno y océano. Se conocen con este término porque el planeta tiene un océano mientras que tiene una atmósfera rica en hidrógeno.
Según Madhusudhan, anteriormente la búsqueda de vida se realizaba en planetas rocosos que eran más pequeños que la Tierra. Sin embargo, la experiencia está demostrando que los exoplanetas hicéanos podrían ofrecer mejores resultados para la observación de la atmósfera.
El descubrimiento de hidrocaburos y metanos en este exoplaneta, junto con la ausencia de moléculas de amoníaco o monóxido de carbono, es una combinación esperanzadora para la conformación de una atmósfera factible para la vida.
¿Qué hay que esperar luego de este descubrimiento sobre los exoplanetas hicéanos?
Si bien se trata de un importante descubrimiento (y que podría significar una revolución), hay que ser cautelosos.
El hecho de encontrar el sulfuro de dimetilo junto con las sustancias que componen la atmósfera no son indicadores que haya vida en el exoplaneta. De acuerdo a los científicos que participan de la misión, la evidencia que respalda la presencia del dimetilo necesita mayor contundencia ya que esta presencia es tenue. Para esto, es importante que el telescopio espacial James Webb haga más observaciones para poder confirmar la presencia de la sustancia.
El otro aspecto a destacar de este exoplaneta es que se encuentra en una órbita óptima para que pueda existir agua en su superficie. Esto se suma a los indicadores positivos que marcan que podría existir un océano allí. Sin embargo, a pesar de la combinación de estos dos aspectos, no significa fehacientemente que se trate de un planeta que albergue o pueda albergar vida. La temperatura del agua no se conoce todavía, algo esencial para determinar si un planeta es habitable o no.