La agricultura vertical y su defecto fatal

La agricultura vertical y su defecto fatal

La crisis energética de Europa viene obligando a cambios y estrategias, siendo la agricultura vertical una de las industrias que la sufre. Muchos puntos europeos han visto crecer en estos últimos años, la iniciativa de granja vertical en su campiña. Infarm es una de las últimas empresas del rubro con 600 millones de dólares en fondos de capital de riesgo. La compañía ha prometido un futuro donde las verduras se cultivarán en almacenes de alta tecnología. Los mismos contarían con luces LED en lugar de campos abiertos o invernaderos.

Hacia finales de noviembre Infarm informó, mediante correo electrónico, el despido de unos 500 empleados. El mail detallaba la intención de reducción de las operaciones en el Reino Unido, Países Bajos y Francia. La firma explicaba que buscaba concentrarse en países donde contaba con mayor probabilidad de obtener ganancias. Ya, en septiembre, Infarm había despedido a unos 50 empleados citando la reducción de costos operativos y centrarse en la rentabilidad.

Seis meses atrás, el ambiente de la empresa agrícola vertical más grande de Europa era ampliamente optimista. Sin embargo, en este 2022 se alcanzó un punto crítico. El primer punto está radicado en la vulnerabilidad ante los aumentos en los precios de la electricidad. El uso de LED para “alimentar” el cultivo de plantas requiere de mucho consumo eléctrico. Desde diciembre de 2022 hubo un aumento de precios en la Unión Europea en materia eléctrica, cercano al 60 por ciento.

La agricultura vertical y sus problemas

Dieciocho meses atrás, las granjas verticales gastaban el 25% de sus costos operativos en electricidad. Algunas voces llegan a decir que este gasto puede llegar hasta el 40 por ciento, por los aumentos. Los inversores han comenzado a apretarse el cinturón buscando una rápida rentabilidad. Las granjas verticales son caras de construcción en comparación con aquellas convencionales al aire libre.

Las malas perspectivas financieras globales también ejercen una presión sobre los consumidores. La agricultura vertical suele apuntar hacia los brotes, hierbas y verduras de hoja, especiales para ensalada. Estas últimas son un producto favorito de la industria por el rápido crecimiento bajo las luces LED. A esto se suma, una vida útil corta y un precio superior. La alta inflación ha llevado a renunciar a la producción de hierbas de alto costo.

La producción, los costos y las ganancias

La agricultura vertical es una excelente oportunidad para aquellos países donde la energía es barata y no se cuenta con mucho espacio en el exterior. Todos miran a Medio Oriente como el sitio ideal para llevar adelante esta técnica. El Consejo de Cooperación del Golfo, compuesto por Arabia Saudita, Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait y Omán, importan a gran escala. Los últimos números hablan de un 85 por ciento de todos los alimentos, siendo los vegetales un rubro que alcanza al 56 por ciento.

Este año, en Dubai, se abrió una de las granjas verticales más grandes del mundo. La misma, suministra verduras a la Aerolínea Emirates y tiendas locales. Por fuera de Medio Oriente, la agricultura vertical ha encontrado mayores dificultades para conseguir utilidad. La crisis energética europea ha expuesto las fallas que esta industria venía ocultando desde el principio.

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