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Digitalizar el cerebro, finalmente así podríamos ser inmortales

Sam Altman es el fundador de Y-Combinator, una empresa que proporciona fondos semilla a startups tecnológicas. Para que tengas muy claro que no es ni un empresario, ni una empresa cualquiera, debes saber que, Airbnb y Dropbox son solo dos ejemplos de muchos otros casos de éxito que pasaron por sus manos. Ahora bien, este joven multimillonario tiene algunas ideas controversiales para renovar el mundo por medio de los avances tecnológicos, pero hay uno en especial que es bien interesante: digitalizar el cerebro.

¿Tengo toda tu atención? Bueno, porque la vas a necesitar. Lo que Sam quiere, es poder lograr la inmortalidad, ¡Y quién no! Aunque, tal parece que lo único que se necesitaba para lograrla eran muchos recursos económicos y por supuesto un cerebro con miles de ideas brillantes. Sin embargo, es posible que el empresario tenga una idea muy distinta a la que la mayoría tiene sobre la inmortalidad, pues lo que él pretende es poder alcanzar una inmortalidad que vaya más allá del cuerpo físico.

Digitalizar el cerebro: la inmortalidad en “la nube”

Entonces, para lograr digitalizar el cerebro y que de ello resulte una inmortalidad digital, Sam se ha puesto en contacto con Nectome, una compañía conformada por varios científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y quienes están convencidos de que:

“En un futuro no muy lejano, seremos capaces de realizar una copia digital del cerebro que se quedaría alojada en el espacio de almacenamiento virtual que es ‘La nube’”.

¿Y cómo será esto posible? Pues como ya lo sabes, principalmente, con muchos recursos financieros. Altman, pagó a Nectome un adelanto de 10.000 dólares con la única idea de que cuando la tecnología lo permita, puedan desarrollar el procedimiento correcto para digitalizar su cerebro. Cuando esto sea posible, este sería “volcado” en un ordenador.

En palabras de Sam, confesadas a la revista MIT Technology:

“Asumo que mi cerebro se preservará en la nube”

Eso sí, para poder lograr esta inmortalidad digital, “la persona debe estar viva cuando se produzca el proceso de embalsamamiento de alta tecnología que desarrollará la deseada digitalización”, y es un procedimiento 100 por ciento fatal. Lo que es posible es que ni Altman tenga la certeza, de sí estará vivo para cuando esto de digitalizar el cerebro sea posible, si es que acaso sí será posible.

¿Perderá su dinero? Solo el tiempo nos dará la respuesta, lo que sí es claro es que una inmortalidad digital es una idea que posiblemente, ya se ha implantado en tu cerebro.

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