La empresa Lora DiCarlo diseñó un juguete sexual robótico llamado Osé, especialmente pensado para el público femenino: el aparato fue seleccionado para ser galardonado con los premios CES 2019 a la innovación en la categoría de productos de robótica y drones, que se otorgaría en la CES. Sin embargo, los organizadores del evento realizado en Las Vegas, Estados Unidos, revocaron el premio.
Y no sólo eso: el masajeador personal fue también vetado para ser exhibido durante el evento, por lo que el equipo responsable del desarrollo del objeto alega que se trata de un tema de género.
El dispositivo
El Osé es el primer artefacto que desarrolla Lora DiCarlo: sus diseñadores fueron un equipo integrado en su mayoría por ingenieras. De hecho, la tecnología que usa es micro-robótica e imita las sensaciones de una boca, lengua, dedos y otros miembros humanos.
El artefacto está basado en una sofisticada tecnología que le permite una cierta autonomía. Una vez que es insertado, funciona solo: la micro-robótica que lo compone permite que imite las diferentes acciones a gusto de la usuaria. La experiencia también puede ser personalizada a través del teléfono inteligente.
El veto
Según expresó Lora Haddock, fundadora y directora ejecutiva de Lora DiCarlo, el equipo se alegró al recibir la carta en la que le hacían objeto de la distinción, en octubre pasado. La sorpresa llegó veinte días después, cuando al ser notificados de que el premio había sido revocado.
Al inquirir el por qué de la acción, la Asociación de Tecnología del Consumidor (CTA), responsable de la feria del CES indicó que el producto entra dentro de lo que consideran como “inmoral, obsceno, indecente, profano o no en consonancia con la imagen de la CTA”. La CTA descalificó el Osé, al tiempo que indicó que no debería haber sido aceptado, ya que no encaja en ninguna de las categorías de productos existentes.
Sin embargo, según Haddock, el dispositivo entra dentro de la categoría de robótica y drones, ya que fue diseñado en colaboración con la Oregon State University, que posee un laboratorio de robótica de altísima calidad, considerado de los mejores de la región.
Además, Haddock aseguró que se trata de un veto sólo porque se exploran las posibilidades de la sexualidad femenina. “Se permite que la sexualidad de los hombres sea explícita con un robot sexual literal en forma de una mujer de proporciones irreales”, refiriéndose a otro dispositivo presentado en la feria. “No puedes pretender ser imparcial si permites un robot sexual para hombres, pero no un masajeador robótico centrado en la vagina para el orgasmo”, sentenció.
El Osé es un claro ejemplo de cómo la robótica y la tecnología pueden mejorar la vida sexual de las personas. Pero también es un juguete sexual pensado para el público femenino, por lo que es posible que sea sometido a un escrutinio un tanto más severo y además, susceptible de generar reacciones como el fallo de la CTA.
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