Los nuevos enfoques de la biología, en materia de senescencia, vienen trabajando en qué, evitar el envejecimiento, sea algo alcanzable y real. Desde principios del siglo XIX se ha venido teniendo un aumento en la esperanza de vida, en los países con mejor calidad de vida. Llegar a los veinte años ha sido un gran objetivo a lo largo de la historia de la humanidad. Accidentes y enfermedades infecciosas eran las principales causas de muerte a joven edad.
Los avances médicos han ido encontrando la manera de evitar o tratar algunas de las causas de fallecimiento más habituales. Aquí podemos inferir que estamos ante uno de los grandes logros de la especie humana. En los últimos siglos, se ha conseguido aumentar la esperanza de vida de 40 a 80 años. Ahora, se está abocando la ciencia en un flagelo que está por encima de la muerte: el envejecimiento.
El evitar o retrasar el envejecimiento
La información que se posee indica que más de cien mil personas mueren a diario a causa del envejecimiento. Esto sería más del dos tercios de los fallecidos por día a nivel mundial. Varios son los problemas de salud que llevan a esta situación a ser uno de los principales factores de riesgo en la población mundial. Ante esto, la tecnología empieza a trabajar arduamente para llevar la vida cada vez más años y con mejor estilo de vida. A medida que la población mundial envejece, la magnitud de una muerte o sufrir por el envejecimiento no hará más que aumentar.
Esta especie de predicción, que se ha venido extrapolando, como una tendencia, en los dos últimos siglos, parece haber llegado a un año de innovaciones. Para 2023, se espera, con ahínco, poder contar con el primer fármaco de la biología dedicado a evitar envejecer. En este aspecto, los científicos apuntan a los denominados “sellos distintivos”. En los mismos se detalla el proceso de envejecimiento y el daño que le causa a nuestro ADN. Los diversos avances tecnológicos permiten tener ideas sobre cómo tratarlos.
Un 2023 buscando más y mejor vida
Para este año se espera que se pueda demostrar cómo las ideas antienvejecimiento pueden funcionar en humanos. Un punto esencial es el trabajo en torno a los “senolíticos”. Estamos hablando de una clase de tratamientos que se enfocan justamente en las células envejecidas. Hablamos de aquellas células, que los biólogos llaman senescentes. Estas se acumulan en nuestro cuerpo a medida que avanzamos en edad. El gran objetivo de los nuevos tratamientos es conseguir la ralentización y, como objetivo final, hasta poder revertir el proceso.
En 2018, un artículo mostraba los experimentos que se venían realizando con estos cócteles senólitiocos. Con fármacos de dasatinib y quercetina se busca trabajar en conseguir una mejor calidad de vida. Muchas son las empresas que buscan trabajar en este aspecto buscando la eterna juventud. En este 2023, el éxito que se espera en estos tratamientos puede ser un impulso revolucionario en el mundo de la medicina. Se trabaja, desde las mejoras tecnológicas, en conseguir una eficiente etapa preventiva antes de llegar al médico con problemas de salud.
